Mappy

   Una tarde entramos en la tienda de mascotas pero no vimos nada. La dependiente se ofreció a ayudarnos. Le mostramos mi tristeza por la pérdida reciente de Cookie, y le comentamos que nos gustan de pelo largo, pero a ser posible, en esta ocasión nos gustaría que fuera un macho. "Ahí mismo tengo uno", nos dijo. 

 

   Estaba en la vitrina, durmiendo acurrucado. No se le veía muy bien. La conversación entre nosotros cambió, y no le prestamos mucha atención. Pero no me había quedado muy claro y decidí volver al siguiente día para verlo más detenidamente. Estaba despierto, con su cresta y su pelo largo. Le mandé una foto a mi mujer y me dijo: "tráetelo".

 

   Hoy es el "pelucas" de la casa.