El hámster, como cualquier ser vivo, está expuesto a todo tipo de enfermedades, y no solo a las conocidas como enfermedades comunes del hámster, como los absesos, tumores, cola mojada, etc., sino también a enfermedades leves de todo tipo. El hámster también se resfría, tiene problemas con su aparato digestivo, reproductor, respiratorio, etc.,
A veces nos dejamos llevar por el pesimismo y cuando vemos a nuestra mascota triste, débil y decaída, ya pensamos que tiene algún tumor y se nos va a morir., sobre todo si tiene edad avanzada.
No siempre las enfermedades son graves, sino que a veces, un sencillo tratamiento nos puede salvar a nuestra mascota. No debemos perder la esperanza y abandonar a la primera. Hay que visitar al veterinario, y que sea él, como profesional, el que diagnostique qué tiene y cómo se puede curar.
Son varias las enfermedades que puede adquirir nuestra mascota, de las cuales vamos a detallar las más comunes:
- Abscesos o infecciones; como consecuencias de una enfermedad mal curada.
- Pérdida de pelo; puede ser debido a una mala alimentación ó falta de vitaminas. También puede ser provocado por una mala higiene.
- Cola mojada; es una de las peores que pueden afectar a un hámster, y a la vez de las más comunes. Se trata de una diarrea acuosa de muy mal olor. Es muy contagiosa. Puede ser consecuencia de un estrés excesivo, o por desnutrición. Su tratamiento a base de vitamina B, requiere la intervención urgente del veterinario. Si el animal no se recupera y muere, hay que deshacerse de todo el material con el que haya tenido contacto.
- Resfriado; al igual que los humanos, puede venir como consecuencia de una corriente de aire o por diferencias de temperatura. En estos casos, el hámster presenta el hocico enrojecido y con mucosidad, a la vez que le cuesta respirar con normalidad y pierde el apetito, volviéndose apático.
- Tumores; normalmente aparecen con la vejez. Dependiendo del tamaño del tumor y de la edad del animal, el veterinario aconsejará si es conveniente extirparlo o no.
En resumen, es conveniente vigilar constantemente el estado de ánimo de nuestro hámster, y ver si sufre variaciones de peso.
Una pérdida de peso repentina puede ser síntoma de una enfermedad, a la vez que la falta de ganas de correr, o quedarse estático en un rincón durante mucho tiempo sin moverse, puede darnos a entender que algo extraño le pasa.
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