Ante la llegada de un hámster a nuestro hogar, deberemos estar preparados para su adaptación, dándole el tiempo que sea preciso, y no perder la paciencia. No todos los hamsters son iguales, y por lo tanto, unos se adaptarán más rápido que otros.
En primer lugar le dejaremos unos días tranquilo sin molestarlo lo más mínimo. Para él es algo totalmente nuevo y desconocido, y la reacción más lógica es la de miedo.
Comenzaremos por hablarle muy despacito para que vaya conociendo nuestra voz y la identifique con alguien que no le va a hacer daño alguno.
Cuando lo veamos algo más tranquilo y confiado, meteremos la mano en su habitáculo, siempre muy despacito para no asustarlo, y dejaremos que nos olfatee, ya que por el olor también nos podrá identificar. Si se asusta, debemos retirarla y dejarlo tranquilo.
Poco a poco el hámster irá ganando confianza, lo que nos permitirá darle algo de comida en nuestra mano, y una vez se nos acerque sin miedo, ya estará listo para que lo podamos coger. En ningún momento hay que agobiarlo. Si el hámster no quiere que lo cojas en algún momento, es preferible dejarlo.
Muy importante, evitar los movimientos bruscos, que lo único que conseguirán será asustarlo.
Debemos sacarlo fuera todas las noches, al menos durante un rato, para que corra y juegue, a la vez que se familiarice con nosotros.
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